Este mural habla de cómo se puede transformar creativamente el espacio físico por dónde se transita en esta vida, de cómo se puede mejorar una localidad desde el arte y de cómo estás instancias de transformación territorial pueden unir y educar a toda una comunidad, haciéndola crecer y proyectándolo urbanística e intelectualmente. También esta obra brinda homenaje a todo un movimiento artístico-cultural que hace décadas deja el alma en las calles, llevando el arte a la gente común y sacando este mismo de los museos, cambiando un paradigma establecido. La obra agradece principalmente a los artistas que han participado en el MUMA, quienes están dentro de la composición junto con otros profesionales, voluntarios, amigos y otros que hacen posible este proyecto